Cómo ser más creativos: ¿es mejor tener muchas opciones?



El problema de cómo ser más creativos no es un tema sin importancia en la sociedad actual que premia cada vez más la originalidad. Como ejemplo curioso baste pensar en Alex Tew, un chico universitario inglés que en el 2005 se le ocurrió vender pixeles por Internet creando la página web One Million Dollar.  Y vendió nada menos y nada más que un millón de pixeles, cada uno al precio de un dólar. Luego, vinieron muchos imitadores pero ninguno logró éxito.

Más reciente en el tiempo es la historia del libro que destronó en Amazon a Harry Potter y El Codigo Da Vinci. La obra en cuestión se denomina “¿Qué es lo que todo hombre piensa, aparte del sexo? Y su autor es el británico Sheridan Simove. Lo curioso es que el libro son simplemente 200 páginas totalmente en blanco.

Pues bien, una de las formas para ser más creativos y quizás emular con los personajes citados anteriormente, es la libertad de pensamiento. ¿O no?

Una de las actividades a las cuales se dedica gustosamente la Psicología Experimental es a comprobar o refutar las ideas populares que afirman que la clave de la creatividad es la libertad de pensamiento y el número de opciones. Hace ya algunos años algunos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts pusieron a prueba esta idea popular a partir de un experimento bien interesante.

Crearon tres grupos diferentes a los cuales se les brindó tareas relacionadas con la creatividad en las cuales debían encontrar nuevas soluciones simplemente mezclando los objetos que les habían dado.

Al primer grupo se les dieron algunas categorías de objetos del tipo “vehículos” y “juguetes” y además, se les brindaron diversos aparatos.

Al segundo grupo se le brindaron objetos más pequeños y específicos como: anillos y tubos de hierro.

Al tercer grupo se les permitió utilizar todos los objetos presentados a los grupos anteriores de forma que estas personas tenían ante sí una gran cantidad de opciones para crear algo original. Si la idea popular es cierta de que "cuanto más opciones, más creativo se es"; entonces las personas de este grupo deberían crear objetos más originales. Pero… ¿cuáles fueron los resultados?

Asombrosamente las personas del tercer grupo fueron las menos creativas. Entonces, ¿qué sucedió?

Las limitaciones en número de objetos en vez de convertirse en una traba, fueron un poderoso aliciente para la creatividad mientras que, al contrario, tener muchas opciones se convirtió en un freno. Así, la creatividad no depende del número de opciones de las cuales podemos disfrutar sino precisamente de la escasez y la necesidad de ser creativos.

De hecho, en el Marketing existe un fenómeno bastante similar denominado la “parálisis de elección” que indica que el cliente tiene ante sí tantos productos que le resulta prácticamente imposible decidirse. Por eso los publicistas saben que es bueno brindar opciones, pero solo un número limitado para no atiborrar al cliente.

También conocemos que nuestra memoria de trabajo está encadenada al número siete ya que es esta la cantidad media de elementos que puede manejar. Así, quizás para ser más creativos solo deberíamos restringir el número de opciones y concentrarnos en un área específica.


Fuente:
Finke, R. A.; Ward, T. B. & Smith, S. M. (1992) Creative cognition: Theory, research, and applications. Cambridge, MA: MIT Press.

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