La Desgracia afecta nuestra percepción



La desgracia afecta a la percepción de los sentidos. Se dice que en situaciones adversas nuestros sentidos agudizan su percepción y supuestamente se nos quedan grabadas imágenes y sonidos.

Resultados de una investigación científica afirman lo contrario. Lo que percibimos en un contexto de adversidad, en una situación traumática no lo percibimos de forma tan nítida como lo aprendido en otras circunstancias.

Traumas, desgracia y nuestra percepción
  • Ya otras investigaciones avanzaban en esta dirección.  Aquello que se decía hace años de,  la letra con sangre entra, en referencia al castigo físico usado en otras épocas era muy poco pedagógico.
  • Los resultados de una reciente investigación realizada por el Instituto Weizmann, revelan que lo que aprendemos en contextos de adversidad, o trauma son  menos claras que las que aprendemos en otros contextos.
  • Parece en las situaciones traumáticas es más fácil nuestros sentidos se dispersen.
  • Los resultados obtenidos hacen pensar que esta tendencia está en la raíces de nuestra evolución como especie y podría explicar trastornos de ansiedad y otros  como el síndrome de estrés postraumático.



La investigación
  • Para investigar cómo percibimos en situaciones desfavorables el Dr Rony Paz del departamento de Neurobiología del Instituto Weizmmann junto a su ayudante Jenifer Resnik evaluaron a unos voluntarios que tenía que aprendieron que determinados sonidos iban seguido de un estímulo desagradable, como un mal olor, otros tonos eran seguidos de algún estímulo agradable y otros por  nada.
  • Los resultados de los umbrales de percepción de los voluntarios fueron evaluados después para comprobar cómo habían sido capaces de distinguir los tonos seguidos de algún estimulo desagradable o  malo o y los tonos seguidos de algo agradable o de algo neutral.


Los resultados
  • Tal como era previsible según otras investigaciones anteriores, los resultados en las condiciones positiva o neutras eran mejores que en la condición del estímulo desagradable.
  • Los voluntarios tenía mejores resultados en la discriminación de tonos cuando los estímulos que seguían eran positivos o neutros, sin embargo si eran negativos o desagradables sus resultados empeoraba.
  • De tal forma que los voluntarios después de enterarse de que un determinado tono se asociaba con algo desagradable, no podían distinguir ese tono de otros similares, a pesar de haberlo realizado antes en condiciones normales.
  • No importa lo bien que hubieran distinguido los tonos antes o aprendido cosas nuevas, si recibían un refuerzo aversivo (un tono seguido de algo desagradable) los sujetos tenían mayores  dificultades para diferenciar los tonos entre sí.


Según el Dr. Rony Paz

Esto probablemente tiene sentido pensando  en nuestro pasado evolutivo. Si ya he escuchado el sonido de un león atacando, la supervivencia podría depender de un ruido similar y esto mantendría alerta los instintos ante la posibilidad de tener que salir corriendo, en lugar de considerar si el sonido es realmente un gruñido o solo algo parecido.

Rony Paz cree que esta tendencia podría ser más fuerte en personas que sufren síndrome de estrés post-traumático. Por ejemplo muchos de los testigos de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, desarrollaron estrés postraumático.

Los rascacielos les producían rechazo,incluso otros edificios altos que nada tenían que ver con las torres gemelas les seguían provocando rechazo. Sobre una base instintiva es posible que sencillamente asocien cualquier edificio alto con una experiencia traumática.

El equipo de científicos investiga esta idea, entre otras cosas esperan identificar las áreas del cerebro  que están involucradas en el establecimiento de los diferentes niveles de percepción. De esta forma se podrá saber más sobre el desarrollo de trastornos como la ansiedad o el estrés postraumático.



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